


No sólo hemos practicado nuestro deporte preferido, sino que hemos convivido con nuestros mejores amigos, los caballos. Hemos aprendido a cuidarlos y conocerlos un poco mejor. Sobre todo, a comunicarnos con ellos, escuchándolos y haciéndonos escuchar por ellos: una experiencia muy gratificante.
Nunca es tarde para empezar. La equitación puede practicarse a cualquier edad en todas sus disciplinas. La cuestión es saber elegir lo que a cada persona le conviene. Igual que cuando se trata de elegir un caballo: mejor si nos dejamos aconsejar por un profesional.
Guardamos un grato recuerdo de Michael y Sabine, los creadores del invento; de Lisa, nuestra profesora de equitación; de Teresa y Brittany, nuestras camaradas de cuadra y, cómo no, de Camarón, Arni y Silencio, nuestros inseparables compañeros de clase.
Silvia Calvo Herrero, Madrid - Julio 2010
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